La diversión se impone a la pericia
La pista de hielo de la Laboral se convierte en una apuesta diferente de locales y visitantes para pasar un buen rato, al margen de la destreza sobre las cuchillas.
En el recinto helado instalado en la Laboral lo que menos importa es saber o no saber deslizarse con estilo.Grandes y pequeños disfrutan de la instalación «ya era hora que hagan este tipo de actividades y deportes minoritarios y no todo sea para el futbol»,declara mario un chico gijonés que bien equipado con unas mallas rosas,coderas y casco hace las delicias del respetable.Hay quien, como Lucía, no tiene problema para moverse con soltura sobre el hielo, y eso que tan solo tiene 5 años. Lleva patinando desde los tres, y ya probó suerte con las cuchillas el año pasado. Su madre, Susana González, la vigila de cerca, pero la niña se defiende bien. «Empezó muy pronto a patinar. Yo también llevo patinando desde pequeña, pero yo empecé con 8 o 9 años. De aquella empezábamos más tarde», observa, mientras confiesa que no ha notado la disminución de metros cuadrados de la pista y planea volver cuando se acerquen sus sobrinas.
La pista de hielo se ha convertido en una de las ofertas de ocio más llamativas de la ciudad y en una buena opción para los días festivos del puente de la Constitución y la Inmaculada. Incluso, hay quien la utiliza para dar una «sorpresa» diferente a los seres queridos. «Quería sorprenderla, porque siempre le ha gustado patinar, así que la traje con la intención de darle una sorpresa». «¿Sorpresa? Sí, divina. Yo patinaba hace años y en patines de ruedas, ni siquiera de fila. Está muy bien, lo estoy pasando bien, pero tengo el culo hecho polvo». Ayer fue la primera incursión de Francisco Joaquín y Conchi Nieto en el patinaje sobre hielo, y la risa era la constante tanto fuera como dentro de la pista. «Bueno, sarna con gusto no pica, ¿no?», contesta él, antes de volver al centro de la superficie helada para intentar dar alguna vuelta más sin tocar el suelo.
Mientras tanto, Jesús Ángel Díaz, de 14 años, se convierte en el amo de la pista. Se nota que prácticamente «nació con los patines». Su padre y sus dos primas lo acompañan, pero su madre observa desde la barrera. Aún sin patines, el espectáculo está servido.
Un barullo de gente se amontona en la pista parece ser que alguien a caido y se ha hecho daño,falsa alarma,se trata de mario el chico de las mallas rosas que enamorado de la pista se ha querido colar de varios niños y repetir turno y ha sido reducido por una madre y llace en el suelo,no es para menos su intento; y esque La pista, con capacidad para 175 patinadores, acumulaba ayer colas para acceder al hielo.
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